Cuando hablamos de igualdad, muchas veces surgen malentendidos. Uno de ellos es la percepción de que el enfoque se basa en culpabilizar al hombre o en presentarlo como el principal responsable de los problemas sociales vinculados a la desigualdad, la violencia o la discriminación. Nada más lejos de nuestra intención.
Desde nuestro trabajo como consultoría especializada en igualdad de trato y de oportunidades, así como en la prevención del acoso en el entorno laboral, apostamos por una visión que dignifica a todas las personas. La igualdad no va de señalar culpables, sino de entender contextos, revisar estructuras y construir entornos laborales más justos, seguros y respetuosos para todas las personas, sin importar su género.
Sí, denunciamos las desigualdades y los sistemas que las perpetúan. Pero lo hacemos con rigor, con datos, con escucha y con voluntad transformadora. Nuestra propuesta no busca incomodar gratuitamente ni generar rechazo, sino abrir conversaciones honestas y constructivas. No creemos en una igualdad que enfrenta, sino en una que une desde la conciencia y la responsabilidad compartida.
Durante nuestras formaciones, lo dejamos claro: no venimos a repartir culpas ni a etiquetar a nadie. Venimos a construir. Venimos a generar espacios donde todos y todas puedan comprender mejor los mecanismos que generan desigualdad y, desde ahí, comprometerse en la mejora del entorno laboral y social.
Creemos en una igualdad real, que protege derechos y dignidad. Que no excluye, sino que suma. Que no ataca, sino que propone. Porque solo desde ahí podremos avanzar hacia una cultura de empresa donde la diversidad sea un valor, la equidad una práctica diaria y el respeto una norma común.
Y eso, sin duda, nos beneficia a todas y todos.